1.- Leer 1º con los ojos (sin mover los labios), en lugar de
pronunciarlo en alto directamente.
2.- Leer sin el dedo como guía.
3.- Leer toda una frase a la vez. Se les pone una frase y se
les dice que fijen la vista únicamente
en la palabra del medio y que nos digan lo que pone escrito. Más adelante se
puede hacer lo mismo con frases más largas o pequeños textos.
4.- Encontrar una palabra que tu le dices, en un texto cada
vez más extenso, lo más rápido posible. De esta forma entrenará el seguimiento
visual hasta localizar la palabra.
4.- Cambiar el orden de las letras de las palabras, pero
dejando igual la primera y la última. De este modo se darán cuenta de que no es
necesario segmentar en fragmentos para que nuestro cerebro procese la
información. Por ejemplo: Mi agimo jegua con la petola.
Esta actividad hay que realizarla cuando la lectura sea un
poco más fluida.
5.- Leer la misma lectura que tiene él o ella y cambias
alguna palabra. Él o ella seguirá la lectura con los ojos y dará una palmada
cada vez que cambies alguna palabra.